¿Uñas resquebradizas? ¿Cabello frágil? Puede que la causa sea falta o exceso de selenio.
El selenio es un mineral (oligoelemento) muy importante que obtenemos a través de la alimentación y que, aunque sus requerimientos diarios son pequeños, es fundamental para la salud.
Se relaciona estrechamente con la salud del tiroides, ya que ejerce efectos sobre las hormonas que regulan el metabolismo del tiroides. Además, cumple funciones relacionadas con la prevención del daño oxidativo de las células, ya que forma parte de las defensas del sistema que actúa como antioxidante evitando el efecto de los radicales libres y de sustancias nocivas. Se dice así que es un mineral con importante función sobre el sistema inmune y en la prevención de ciertos tipos de cáncer y de patologías metabólicas e inflamatorias como las enfermedades cardiovasculares.
Además, contribuye al mantenimiento del cabello y de las uñas y tiene relación con la fertilidad, ya que hay estudios que recalcan su papel en la calidad y motilidad de los espermatozoides.
¿Qué alimentos son más ricos en selenio?
Se encuentra en cereales integrales (avena, arroz, cebada, trigo…), levadura de cerveza, pescados y mariscos, huevos, carnes rojas, nueces y en menor medida en frutas y hortalizas. En el caso de los vegetales como fuente de selenio, hemos de tener en cuenta que, como cualquier mineral, su concentración dependerá de la concentración de los suelos de cultivo.
¿Cuál es la dosis recomendada?
La ingesta de selenio es muy variada en las distintas regiones del mundo. No obstante, las recomendaciones de consumo diarias del selenio para las personas adultas son 55 microgramos al día y con una alimentación variada y equilibrada podríamos conseguir cubrir dichas necesidades.
La deficiencia de selenio produce alteraciones y deterioro del cabello y de las uñas, así como alteraciones sobre el sistema inmunitario.
Por el contrario, el consumo crónico en exceso de selenio también puede producir efectos tóxicos en la salud. La selenosis es uno de estos problemas asociados a síntomas como trastornos gastrointestinales, lesiones cutáneas, infecciones, uñas y cabello frágil y aliento con olor a ajo debido a la espiración de sustancias resultantes del metabolismo del selenio.